La intensidad de Martin McDonagh

El dramaturgo angloirlandés fue el primero, desde William Shakespeare, en tener cuatro obras simultáneamente en el escenario profesional de Londres. Además, Martin McDonagh va del teatro al cine sin complejos.

Martin McDonagh
Foto: Francesco Ungaro – freephotos.cc

Sin ninguna formación académica y de muy joven, él tenía algo en claro: escribir. Aunque, luego de una pausa en su carrera como autor teatral, también se dedicó a dirigir cine. Su obra fílmica de mayor reconocimiento mundial es «Tres anuncios en las afueras» en 2017. Se parecía a una de los Coen, pero no. Resulta que tienen un denominador común: su ácido sentido del humor. Además de que la película está protagonizada por Frances McDormand.

Pero antes de que llegue a dedicarse a la pantalla grande, su producción de textos teatrales fue muy fructífera. A los 16 años había dejado los estudios, trabajó de lo que pudo y envió a sus textos a cuanta compañía tenía el contacto. Después de varios rechazos, el Teatro Druida en Galway, Irlanda, se interesó en montar su primera obra: «La Reina de la Belleza de Leenane», en 1996. El Círculo de la Crítica Teatral británica lo consideró «el dramaturgo más prometedor del año». De ahí en adelante, siguió sin parar.

Se dice de sus obras: espíritu punk, humor negro, muchas dosis de violencia y notoria influencia de uno de sus autores admirados, Harold Pinter. El director Julio Manrique lleva la puesta en escena, de la primera obra de McDonagh, en el Teatre Kursaal de Manresa (Barcelona) desde el 2019. «Es todo diálogo, todo acción sin reflexión. Presenta a los personajes arrojándolos directamente al ring», destaca uno de los actores, Enric Auquer. Con Marissa Josa y Enric Auquer, forman el elenco de la obra.

McDonagh es de esos dramaturgos que causa gran respeto al texto por parte del actor. En 2015, cuando en el teatro Royal Court de Londres preparaba el estreno de «Hangmen», un periodista de The Guardian le preguntó a David Morrisey: ¿Qué tiene la escritura de McDonagh que inspira tanto respeto? El actor respondió: «Su amor por el lenguaje. Estás leyendo el guión con otros actores e inmediatamente hay un ritmo increíble, como si estuvieras golpeando palabras de un lado a otro. Eso es energizante en sí mismo, y luego comienzas a percibir la complejidad del guión, todos los hilos subyacentes que se enhebran a través de la obra de una manera tan sutil y reveladora ”.

Cuando pienso en un «clásico contemporáneo», pienso en Martin McDonagh.