En la creatividad hay que saber esperar

Lo nuevo es nuevo si aparece como algo inesperado y repentino, de lo contrario no sería nuevo. La espina dorsal de la creatividad es, precisamente, la novedad.

Desde varias entradas atrás, desde este blog, vengo refiriéndome a la «imagen» como fuente creadora; en contraposición de «pensar ideas». Y aquí vengo otra vez. Es que en el mundo creativo se ha vuelto muy común decir «pensemos ideas» en lugar de «imaginemos, soñemos».

Cuando somos niños, lo tenemos más claro que nadie: imaginar es el pulso vital de lo creativo. Muchas veces, ni siquiera era necesario usar juguetes para fantasear toda una historia: con objetos cotidianos —botones, cajas, cacerolas y tapas— bastaban para pasar la tarde jugando. Luego, de adulto, nos volvemos más racionales. Y de ahí viene, me arriesgo a confirmar, lo de «pensar ideas». Pensar es de adultos, imaginar es infantil. Sin embargo, ¿cuántos artistas, como Picasso, aspiraban a trabajar como niños?

En la creatividad hay que saber esperar
Foto: Maryam Zarrabi – https://freephotos.cc/es/creativity#2306359

En el ámbito de la dirección teatral y puesta en escena, el director y docente Román Podolosky comparte y sostiene este modo de concebir el trabajo creativo a partir de imágenes. En una entrevista realizada por CELCIT, lugar donde ha dado el seminario «La dirección como creación y montaje de imágenes», explica que su trabajo de creatividad comienza con un acopio de un imaginario.

Román aconseja «saber esperar esa aparición (de lo nuevo) y no esforzarla». Él sabe que la novedad «es algo que no se controla», aunque «se puede aspirar a manejar ciertas condiciones para la aparición, pero no depende de nosotros, se nos escapa» y agrega que «si lo manejáramos, no sería nuevo, ya lo sabríamos». Se expresa desde el trabajo de una puesta en escena y desde su rol como director, pero tranquilamente sus consejos nos sirve tanto para la escritura como para cualquier otra disciplina creativa. Incluso es válido pensar en científicos e ingenieros, pensando en aquellos que están detrás de lo nuevo.

Doy un paso más y relaciono también la propuesta de Román con el trabajo de un filósofo: «Un director es un garante de vacío, de incertidumbre; tiene que sostener paradójicamente la pregunta más que la respuesta». Porque es en ese estado en el que algo aparece por sorpresa y gritamos ¡eureka! Además, el docente teatral vincula el proceso de imágenes propias con el sello identificatorio, de creatividad, de cada uno como artista, lo auténtico.

Les dejo la entrevista completa, con fragmentos del seminario al que tuve el gusto de asistir como alumno:

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