La importancia de la imagen y de los diálogos, buscando un equilibrio entre ambos, en la creación audiovisual del guion para cine o TV. Porque no se trata de una batalla entre verbal vs visual.
Desde este blog he replicado, casi como un loro, la relevancia de pensar en imágenes a la hora de crear. Y lo seguiré haciendo. Tanto en el teatro como en el cine, también en las series, la imagen tiene un peso importantísimo. Pero tampoco nos vayamos para el otro lado…
Si lo que queremos contar, se puede contar a través de imágenes visuales, ¡estupendo! Por ejemplo: La familia pide a Kate, en la serie «Madres trabajadoras», sacrificar a su perro de toda la vida (porque está viejito y es agresivo). Ella, con mucho pesar, lo lleva a la veterinaria, sin antes disfrutar de una serie de rituales con su mejor amigo.
Al llegar a la veterinaria, la secretaria le pregunta a Kate, de manera muy animosa, si viene a hacer una revisión o ponerle alguna vacuna (en ningún momento se imagina el propósito de la cliente). La dueña del perrito expresa, gestualmente, incomodidad y arrepentimiento. Pero antes de que sepamos la respuesta, la escena corta a la siguiente.
Kate llega a su casa y deja el collar de su mascota sobre la mesa, en un primerísimo primer plano. Su familia la recibe con un afectuoso abrazo. Los rostros expresan pena. Esta escena se desarrolla sin ningún diálogo. No hace falta y la intención de lo que se quiere transmitir amerita que sea así.
Siguiente escena: Kate llega a su oficina y su asistente tiene en el escritorio una foto de ella con el perrito de Kate. La asistente agradece haberle regalado su mascota. Fin de la secuencia.
Con poco diálogo, nos hemos enterado de lo que tramó Kate para que su familia creyera que les había hecho caso y el verdadero destino del animal.
Este es un ejemplo muy simple de cómo usar las acciones, y las imágenes, en lugar de colmar de diálogos las escenas. Con esto, también quiero decir, que cuando se habla de dar relevancia a lo visual… ¡ojo! no necesariamente nos referimos a crear un pieza poética, desde la fotografía, donde lo verbal casi no existe. El que quiera hacerlo, que lo haga; pero la idea que quiero transmitir no es visual vs verbal.
Bien hace el director Sidney Lumet, en su libro «Así se hacen las películas», recordándonos la impronta de los buenos diálogos. Solo hace falta preguntar a alguien por su película o serie favorita para que lo primero que nos cite sean unos diálogos: «Winter is coming»; «Hasta la vista (Sayonara), baby»; «Mis amigos me llaman Murphy, usted llámame Robocop»; «Louis, este puede ser el inicio de una gran amistad»; etc.
Lo verbal también forma parte importante de la creación audiovisual. Y en el teatro siempre ha sido así, aunque la fotografía viene tomando un considerable espacio desde hace unas décadas en los escenarios. Pero, a mi modo de entender, se trata de buscar el mejor equilibrio posible. Si lo puedo contar en acciones, genial. Si tengo unas buenas líneas de diálogo, colocarlas en su justa medida y punto.
Sin embargo, ¡ojo otra vez!, hay obras maravillosas que son exclusivamente diálogos y otras que son exclusivamente acciones o imágenes. Lo que trato de dejar claro aquí no es que, por repetir como un loro la importancia de la imagen, ahora debemos hacer obras mudas. No. A mí me encantan las escenas dialogadas y las tensiones que se pueden crear a partir de lo verbal. Lo dejo para la próxima entrada.