La creatividad es un rayo misterioso

¿Existe la inspiración? ¿Vale la pena abrir las ventanas a las musas y esperarlas mientras contemplamos el horizonte? Muchos sostienen que lo único que existe es sentarse a escribir, que la creatividad es trabajo. Pero no por eso pierde su misterioso encanto.

La creatividad es trabajo
Foto de Arno Smit – Unsplash

Pero, ¿de  dónde vienen esas inspiraciones, esos personajes con sus diálogos, y esas escenas que pasan por delante de tus ojos? La creatividad sigue siendo un misterio.

Estoy convencido de que el proceso creativo es personal. No hay manera de enseñarlo. Es una marca propia tal como es el fruto de ese proceso: la obra.

Si quieren que me anime a responder aquellas preguntas, yo digo que sí. Y agrego, todo vale. Vale tanto sentarse a trabajar organizadamente y con toda una agenda de trabajo, como también vale creer en las musas y estar abierto a toda hora a la inspiración. Una foto, un persona que cruzas en la calle, un paisaje, una canción, nuestra infancia, nuestra percepción de aquello que llamamos realidad…

Una de las cosas que me divierte mucho es buscar en Google Maps lugares que no conozco. Casi siempre lo hago con espacios verdes. Le dije a mi esposa de ir a pasear por el río Mula. Cuestión que nos perdimos, ahí está la gracia. Terminamos en un bosquecillo algo pantanoso. El marrón le ganaba al verde. Y de pronto, al girar la cabeza, observé la insistencia de la vida nueva sobre lo desgastado, coronado por un rayo de sol  que atravesaba cientos de ramas monstruosas hasta llegar al victorioso verde.